La Economía Popular. Total de trabajadorxs, ingresos y transiciones laborales.
RESUMEN EJECUTIVO
● El documento es una continuación de los análisis previos publicados por el OCEPP y tiene el objetivo de actualizar algunos aspectos tanto conceptuales como cuantitativos respecto al mundo de la Economía Popular (EP).
● Se destacan dos aspectos centrales que definen si una actividad se desarrolla en el marco de la EP: i) inexistencia de relación laboral asalariada; ii) actividad trabajo-intensiva con bajo nivel de productividad.
● La cuantificación en base a la EPH considera que la EP se compone de lxs cuentapropistas y trabajadorxs familiares sin remuneración no profesionales. Por su parte, integran la EP Núcleo lxs trabajadorxs de la EP no registrados en el monotributo (régimen general). La distinción entre la EP y la EP Núcleo puede ser una manera efectiva de aproximarse al fenómeno a través de un anillo máximo y uno mínimo del sector.
● En 2020-IV, la EP abarca a 4,1 millones de trabajadorxs, lo que representa en torno al 83% de los cuentapropistas, 24% de la población ocupada total y 15% de la PEA. Por su parte, la EP Núcleo abarca a 2,9 millones de trabajadorxs y representa el 70% de la EP total. Se estima que sólo un 13% de la EP Núcleo se encuentra inscripta en el régimen especial de monotributo social, mientras que el 87% restante corresponde a EP no registrada (2,5 millones), siendo éste el segmento más precario de la EP.
● En el período inicial de la posconvertibilidad las transiciones laborales virtuosas desde la EP resultaron débiles y no suficientes para reducir el peso relativo de la EP en la estructura ocupacional de forma significativa. Luego, a partir de 2016, se aceleró la tasa de crecimiento de trabajadorxs de la EP, aumentando su cantidad absoluta y su peso relativo sobre el total de población ocupada.
● Estos resultados indican que la EP se trata de un fenómeno estructural, que muestra una rigidez a la baja en períodos de auge del ciclo económico y una rápida expansión durante las fases recesivas, cuando la EP absorbe a parte de lxs trabajadorxs que pierden su puesto de trabajo, fundamentalmente del sector informal.
● Lxs trabajadorxs de la EP viven de su trabajo: los ingresos laborales representan la mayor parte de su ingreso total, aunque su peso relativo es mayor en los varones: 87% vs. 73% en las mujeres. Por su parte, la ayuda social representa aproximadamente el 10% del ingreso no laboral y 2% del ingreso total previo a 2020.
● En 2020, la abrupta caída de la tasa de actividad afectó a la EP y, en particular, a la EP no registrada, que experimentó fuertes oscilaciones a lo largo del año. Este comportamiento da cuenta del elevado nivel de desprotección en el sector y, a su vez, la enorme relevancia del IFE para cubrir los ingresos de la población trabajadora vulnerable en este período.
● Se registra una mayor incidencia de la pobreza y la indigencia en lxs trabajadorxs de la EP (44,7% y 9,5% en 2020-IV) en comparación al resto de los ocupados (28,9% y 3,8%). Además de esta diferencia en los niveles, las variaciones son mucho más elevadas para dicho sector, lo que da cuenta de la variabilidad en el nivel de ingreso que suele caracterizar a estos empleos.
● A partir de la elaboración de matrices de transición laboral para el período 2016-2020 hemos obtenido mayores certezas respecto de la inestabilidad de las inserciones laborales vinculadas a la EP, lo que se evidencia en las altas probabilidades de tránsito hacia otros sectores/inactividad/desempleo, y respecto a la dificultad de integración en el empleo asalariado formal. Así, el pasaje de la EP hacia la asalarización con registro, se produce sólo en un 4% de los casos.